Redacción de POP CORN CINEMA,
el Blog del Cine en Colombia.
Por Jaime Ponce (Miembro de la
Asociación colombiana de Críticos y Periodistas del Cine ACOPECINE) Derechos
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Gareth Edwards nos trae
nada más y nada menos que una joya para los amantes del rey de los monstruos.
En esta entrega ha quedado más claro que nunca, es el rey de los monstruos y
tras haber visto esta maravilla solo puedo decir: ¡larga vida al rey!
El monstruo que
aterrorizo a Japón, que nació del miedo colectivo a la bomba atómica, el mismo
capaz de destruir y borrarlo todo a su paso, son los eventos que marcan su
trágico origen. Regresemos al pasado en su película original Gojira (1954) el
monstruo debe su origen gracias a las pruebas nucleares, en Godzilla (1998) del
Roland Emmerich la historia tampoco cambia, pero… para esta nueva versión libre,
este es uno de los pocos puntos en que Godzilla de Gareth Edwards no acude a
sus génesis predecesoras.
La película inicia con
una serie de imágenes que de inmediato nos sumerge en una ola de eventos catastróficos,
todos ellos de tipo nuclear, una fórmula que desde su inicio le llega como “anillo
al dedo” para justificar el como un sencillo y muy pequeño “lagarto” logra convertirse
en uno de los tres grandes íconos de la historia del cine junto al memorable
King Kong y el insuperable ALIEN de Sir Ridley Scott y aunque es cierto que para
lograr un mejor desarrollo del guión que logre involucrar a los humanos como “víctimas
de la tragedia”, esta historia recurre de nuevo al momento justo en el que: el padre busca e intenta reunir a su familia en
un ambiente extremadamente hostil, aunque no busca en ningún momento la lagrima
sensacionalista.
LA HISTORIA:
Esta nueva entrega
arranca con un hallazgo arqueológico y una catástrofe nuclear en la que Bryan
Cranston interpreta a Joe Brody, un físico nuclear que vive y trabaja con su
familia en Japón. Pasan los años y tras la catástrofe su hijo Ford Brody, puesto
en escena por Aaron Taylor-Johnson ha crecido, ya es un teniente militar y
tiene su propia familia con la que vive en San Francisco (la nueva ciudad
estadounidense que es destruida). Por otro lado, su padre sigue intentando
demostrar que lo que paso en Japón, no fue un terremoto, sino otra cosa. Juntos
y con la ayuda de un Doctor japonés, revelaran que lo que se avecina, es una
guerra entre dos especies de depredadores que vivieron hace miles de años.
LA CRITICA:
Aquí inicio en mi libre
oficio lo que es y significa para todos y cada uno de nosotros el regreso del
mounstro, al que recuerdo muy bien cuando desde muy pequeño en las divertidas
jornadas del “Matinée” que programaba la pequeña cinemateca que existió en uno
de mis dos barrios natales, Usaquen, allí lejos de toda realidad y sumergido en
la fantástica imaginación que desde pequeños ponemos en práctica, recreaba como
podría impactar en mi vida la llegada de un súper Lagarto a mi ciudad, Bogotá, (la misma que en algunos sectores pareciera
como si en realidad hubiera sido visitada por Godzilla, por aquello de calles
destrozadas y etc..etc..) en casa mis juguetes y en especial mi entrañable
Oso de peluche era el “mounstro en cuestión”, las impactantes imágenes en Blanco y Negro de un Godzilla, articulado
cuadro por cuadro lograban su objetivo, sembrar el recuerdo imborrable.
Reconozco que la cinta
es una autentica maravilla para disfrutar tanto a nivel de obra que rinde homenaje
claramente al monstruo original de la película de 1954 Gojira o titulada en
otros países como : Japón bajo el terror
de un monstruo y su cada vez más sorprendente diseño, así como en las
destrucciones y otros elementos clásicos del cine apocalíptico que se lograran
cautivar la emoción del momento.
A nivel audiovisual y,
después de ver lo que logró con Monsters (2012) casi por si solo, ya que
también fue responsable de los efectos digitales y también la fotografía, es
fácil entender que el director escogido haya sido Gareth Edwards, quien logra
componer una secuencia de planos perfectos, para luego aderezar con dulces
efectos especiales de última generación y aunque su estrategia, es emplear la
técnica de sugerir situaciones que cada vez genera más tensión con el
desarrollo de la historia y que sabes que finalmente acabaras recibiéndolas, si
encuentro una falencia clara, abrupta, digo yó, en momentos cruciales como los
combates de GODZILLA Vs insectos que terminan, en dos oportunidades, reducidos
a la pantalla de un televisor, absurdo realmente, puesto que con estos cortes simplemente
acaba, mutila, la emoción.
En cuanto al CGI
claramente destaco el realismo de las batallas, las criaturas, los escenarios, las destrucciones y en especial el clásico rugido del lagarto, que esta vez es más profundo, similar al anterior, pero con un ronquido que atemoriza, todo esto corre a cargo de MPC y Double Negative, dos gigantes de
los efectos digitales aunque el uso del 3D fue innecesario, pues solo logra
profundidad de campo, más No escenas invasivas que logren hacernos mover de la
silla.
En cuanto a
interpretaciones, Bryan Cranston una vez más admirable!, al igual que Aaron
Taylor-Johnson y Elizabeth Olsen quienes cumplen en todo momento y la música a
cargo de Alexandre Desplat funciona muy bien en su mayoría, hasta que llega la
escena que marca el momento de descenso de los militares en un San Francisco
apocalíptico, será mi impresión pero es una copia? o toma ejemplo de los
espeluznantes coros de voces de la obra maestra de Stanley Kubrick: 2001: una
odisea espacial, en las escenas donde aparece la placa de monolito frente a primates.
Repásenla y verán a que me refiero.
Como ya he dicho es un
película digna de disfrutar en el cine que recomiendo ver en la pantalla más
grande que la proyecta IMAX, por ejemplo.